Algunos le llaman potaje de Semana Santa, de vigilia ( porque no lleva carnes y se puede consumir también los viernes durante la cuaresma) o de bacalao. La cuestión es que es un plato bastante completo, contundente y sin muchas grasas ( sobre todo si lo comparamos con otros guisos de garbanzos que llevan muchas carnes de cerdo, carnes con mucho contenido graso y tocino)
Es un plato perfecto para los días de mucho frío y cuando lo tomas tienes ese recuerdo a la comida casera de toda la vida.
INGREDIENTES:
300g de garbanzos ( peso en seco)
400g de bacalao ( previamente desalado)
200g de espinacas frescas.
2 cebollas.
5 dientes de ajo.
1 huevo cocido ( duro).
1 hoja de laurel.
Aceite de oliva.
1 cucharada de postre de pimentón.
Sal.
Pan
2 rebanadas de pan por persona.
PREPARACIÓN:
Poner los garbanzos en remojo la noche anterior de hacer la receta, mínimo de 12h.
En una olla express poner 1l de agua, dos dientes de ajo, los garbanzos y el laurel y cocer unos 15 min. Si es en olla normal o cazuela dejar hasta que estén tiernos, aprox 1,5h.
Escurrir los garbanzos y reservar tanto los garbanzos como su agua de cocer.
En una sartén pochar 2 dientes de ajo y las cebollas picadas muy fino y hacer a fuego suave hasta que queden tiernas. Sazonamos. Apagamos el fuego y, cuando se temple, añadimos el pimentón removiendo y sin que se queme.
En una cazuela grande echamos el caldo de los garbanzos, los garbanzos y el sofrito. Añadimos las espinacas y cocinamos a fuego medio.
Cuando las espinacas pierdan volumen añadimos el bacalao y removemos muy despacio para que no se rompa.
En una sartén ponemos un chorrito de aceite de oliva, doramos un ajo y freímos allí una rebanada grande de pan por ambos lados y sin que se queme. Después machacamos todo en el mortero y añadimos al potaje y dejamos cocer dos minutos más y rectificar de sal.
Servir caliente y acompañado de trozos de huevo duro y un par de rebanadas de pan tostado por persona.